20/12/2010

La biblioteca tradicional, bajo la amenaza creciente de Internet

En diez años la fuente principal de información será electrónica, según un sondeo

Jueves 2 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa 
 
Veronica Chiaravalli
Enviada especial

GUADALAJARA.- Aquí, en esta ciudad, el mismo futuro -aparentemente inevitable- que para algunos se cierne como una amenaza se abre para otros como un horizonte de posibilidades infinitas: las nuevas tecnologías digitales aplicadas a la conservación y difusión de la palabra impresa han generado en el corazón de la Feria Internacional del Libro más importante de la industria editorial hispanohablante cantidad de debates, conferencias, investigaciones y encuestas.
La inquietud, aunque declinada según el caso que afecte, es siempre una y bastante básica: ¿sobrevivirá la palabra impresa?; ¿hará lo propio la biblioteca tradicional?
Eso, en el fondo, es lo que se preguntan los editores de libros tal como los conocemos y los frecuentamos mayoritariamente hoy, es decir, en papel; los escritores, parte de cuya existencia está asociada al negocio editorial; los lectores, que tal vez deban cambiar de hábitos. Hay respuestas optimistas, cautelosas y pesimistas.
Durante el último fin de semana el Grupo Integra realizó una encuesta en la FIL, donde interrogó a 300 personas del público acerca del futuro de las publicaciones en papel y de las bibliotecas. Los resultados, en verdad, tienen poco de ese vértigo transformador que marea a quienes se aferran a lo conocido. Aunque el 89% de los consultados considera que dentro de diez años su principal fuente de información será electrónica, el 59% cree que para esa fecha el libro impreso todavía seguirá constituyendo el principal acervo de las bibliotecas, y esa misma cantidad de gente se imagina la biblioteca del futuro como un espacio físico donde se podrá consultar tanto información en papel como digital. Además, el 64% piensa que la gente seguirá asistiendo a las bibliotecas tradicionales (es decir, de libros impresos) y el 82% de este grupo augura que así será al menos durante los próximos diez años.
El tema ronda de una u otra manera cada encuentro de artistas o profesionales en la Feria. La escritora argentina Laura Devetach, a quien le acaban de entregar el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil, dijo: "Vivimos en una etapa de cierto desasosiego frente a las nuevas tecnologías. Pero si nos tomáramos el trabajo de construir el campo intelectual, como deberíamos hacerlo, se podrían integrar ambos mundos. Yo vengo del papel y creo en la convivencia de lo nuevo y lo ya establecido".
Ricardo Piglia, que vino a presentar su última novela, Blanco nocturno, también reflexionó sobre el tema: "Aunque todo lo demás se haya acelerado, seguimos leyendo a la misma velocidad que se leía en la época de Aristóteles, no se ha inventado el chip que acelere la lectura. Esa temporalidad tiene que ver con el cuerpo humano. La defensa del libro no es una defensa arcaica; es la defensa de una temporalidad específica".
Las opiniones más vehementes hasta ahora han sido las del novelista colombiano (nacionalizado mexicano) Fernando Vallejo. En la segunda edición del "Forum Atlántida. La función social del editor", organizado por la FIL y la agrupación de editores catalanes, manifestó que la tecnología electrónica conlleva la muerte del libro, porque permite introducir cambios en los contenidos y, por lo tanto, manipular y modificar la obra del autor.
Irónico y con una calidez que desmiente su humor atrabiliario, Vallejo leyó una ponencia que levantó murmullos, aplausos y carcajadas en el público. "¿Qué va a ser del libro? -se preguntó-. Pues que su versión virtual, digital, lo va a acabar. Y no porque podamos pasar a un libro electrónico, con un clic, bibliotecas enteras sin pagar, que eso sería lo bueno, sino porque los libros electrónicos se pueden manipular, y al poderles cambiar uno la tipografía también les puede cambiar el texto, y eso es gravísimo. Por ahí va a empezar el acabose. ¿Se imaginan cuando a la canalla de Internet le dé por poner en un libro ajeno y firmado por otro las calumnias y miserias propias y lo echen a andar por el mundo? ¿Qué va a ser del autor?"
Y añadió: "En el libro manuscrito de antes de Gutenberg, y después en el impreso, también se podía manipular el texto, pero no era fácil. Pasar al pergamino o al papiro un libro manuscrito para después echarlo a circular con una falsedad tomaba mucho esfuerzo y mucho tiempo: meses, años. Y una edición impresa cuesta mucho. Pero ¡qué cuesta calumniar por Internet!

09/12/2010

Noche de escamas

Texto: Olga Appiani de Linares
Imagen: Alina Sarli Crónica de una fiesta súper “escafamosa”: el casamiento de la mojarrita Rita con el príncipe Dorado.








—Dígame, doña Mer-Luz ¿a usted también la invitaron al casamiento?
—Pues claro, don B’Sugo, igual que a todo el mundo acuático.
—No vaya a creer… Lito Cornalito me dijo que a los Tiburones no…
—¡Con sus modales, no me extraña! En el Gold Fish Palace no entra cualquiera. Y menos cuando se trata de una boda real ¿no le parece?
—¡Por supuesto! ¡Pero mire usted lo que son las cosas! ¡Quién hubiera dicho que la mojarrita Rita llegaría a princesa!
—Y sí… El príncipe Dorado perdió la cabeza por ella. Amenazó con colgarse de un anzuelo si no les permitían casarse. ¡Dicen que será una fiesta maravillosa! ¡Ya me imagino a los Pejerreyes con sus coronitas de plata, los tules de los peces de colores, la decoración de corales y perlas de Oriente! ¡Algo para no perderse! ¡Y qué invitados habrá!
—Flipper, el Delfín de la Océano TV, no faltará, lo sé de buena fuente… ¡También vendrá Al Atún, el galán de Escamas!
—¡Cómo se va a poner mi hija cuando se lo diga! Es de su club de admiradoras, ¿sabe?
—Y para recibir a la feliz pareja, habrá una guardia de peces espada al mando del Mariscal Anchoa.
—¡Lo que tendrá que trabajar Octavio Ochobrazos, el mayordomo, con tantas invitaciones!
—Como las anguilas encargadas de la iluminación, y las ostras del guardarropas…
—¿Es cierto que actuará Mireya Corvinarubia, la reina de la burbubalada?
—Sí, y el Coro de Sirenas Andersen y la Tun-Enlata-Fish Band. Para los chicos habrá peces payaso, caracoles malabaristas y carrera de enlatados. ¡Y hasta el Gran Calamargo, con sus actos de magia y escapismo a base de tintas multicolores!
—¡Don B’Sugo, lo dejo, todavía tengo que lustrarme las escamas, pintarme las aletas… y se me está haciendo tardíiiisimo…!
—Hasta luego, hasta luego. Pero créame, así está bellísima…
—¡Qué cosas dice, don B’Sugo! ¡Ya me hizo poner más roja que un camarón!
El pronóstico anticipa una noche sin anzuelos y el Gold Fish Palace está de perlas.
Un esturión bigotudo de la Embajada Rusa, sueña en conquistar a Fina Sardina, amiga de la novia.
Unas truchas de los lagos patagónicos charlan a branquia batiente con sus primos canadienses, los Pinksalmon, mientras los Caballeros de la Langosta baten pinzas, seducidos por Mireya y sus canciones. En la pista, un paso para adelante, dos para atrás, bailan cangrejos enamorados.
Doña Mer-Luz, reluciente, comenta que el Rey Neptuno prometió venir con toda su corte de sirenas y tritones.
Un electrizante rumor de aletas recorre las aguas: ¡ya llegan los recién casados! ¡Se entrechocan las espadas, relinchan los caballitos de mar, suenan las caracolas! Y don B’Sugo y doña Mer-Luz se miran y piensan: “¡No hay duda, esta será una fiesta súper escafamosa!”.

En: http://www.educared.org.ar/enfoco/imaginaria/biblioteca/?p=1740

Gracias Olga!!
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