26/04/2011

Detalles que extrañaríamos si desapareciera el papel

Aromas, recuerdos y costumbres adquiridas a lo largo de generaciones

Lunes 04 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa
Constanza Rojas V.
El Mercurio/GDA
SANTIAGO, Chile.- Imaginémonos que los lectores digitales se masifican y que el libro en papel entra en desuso hasta convertirse en objeto de culto o coleccionismo. ¿Qué pequeños hábitos desaparecerían junto con él? Curiosear qué está leyendo tu vecino en el metro. ¿Quién no ha estirado el cuello para mirar la portada del libro del que está sentado al lado en el metro o el micro? ¿Quién no ha tratado, luego, de adivinar el perfil del pasajero, probablemente haciendo uso de los prejuicios en su máximo potencial?
Los marcadores de libros
Los hacen los niños en los colegios, pueden ser postales de ciudades o incluso objetos para coleccionistas. Pero, sean como sean, a ninguno de éstos los volveríamos a ver si no tienen hojas de papel que separar.
Hacer caricaturas animadas en las esquinas de las páginas
Un clásico de la infancia. Había que copiar la secuencia de imágenes con pequeñas variaciones para conseguir el efecto de movimiento y, entonces, se lograba una auténtica animación hecha en casa. Los niños del futuro no tendrían libros para hacer las suyas.
El olor a libro
La antigüedad de un libro no solamente puede medirse por la fecha de impresión: su mejor cédula de identidad es el olor. Los nuevos tienen aroma a papel y a pegamento; los viejos, a una mezcla de polvo y ácaros que saca estornudos en los alérgicos. Tan importante es este elemento que ya se ha inventado el "olor a libro" envasado para e-books. ¿Cambiará también con el paso de los años?
Juntarse con la excusa de un libro
Prestar un libro y, en los mejores casos, devolverlo son buenas excusas para verse las caras, tomarse un café y comentar lo leído.
Seguir los consejos de los libreros
Preguntarle a un librero qué nos recomienda o qué opina de tal y cual ejemplar es un pequeño placer insustituible vía Web. Hay una gran diferencia entre que te aconseje un ser humano y ver publicidad de un libro por intermedio del computador.
Heredar libros de generación en generación
Los ejemplares que llegan a nuestras manos desde los padres o abuelos pueden ser verdaderas joyas. O, al menos, fidedignos testimonios de qué se leía en el pasado. Tanto mejor si están fechados y con el nombre de su dueño. Estas pequeñas bibliotecas familiares podrían mantenerse, pero las nuevas generaciones no tendrían legados que dejar a sus descendientes.

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23/04/2011

Día mundial del libro y del derecho de autor - 23 de abril

Con la celebración de este día en el mundo entero, la UNESCO pretende fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.



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© UNESCO 2011
El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural. La idea de esta celebración partió de Cataluña (España), donde este día es tradicional regalar una rosa al comprador de un libro.
El éxito de esta iniciativa depende fundamentalmente del apoyo que reciba de los medios interesados (autores, editores, libreros, educadores y bibliotecarios, entidades públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación), movilizados en cada país por conducto de las Comisiones Nacionales para la UNESCO, las asociaciones, los centros y clubes UNESCO, las redes de escuelas y bibliotecas asociadas y cuantos se sientan motivados para participar en esta fiesta mundial


Contactos
Sr. Georges POUSSIN - Jefe de Sección - Division of Arts and Cultural Enterprise

http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=5125&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
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20/04/2011

Los lenguajes se habrían originado en el sur de Africa

Un biólogo llegó a esta conclusión después de analizar 500 lenguas de todo el mundo

Viernes 15 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa
 
Nicholas Wade
The New York Times
NUEVA YORK.- Un investigador que analizó los sonidos de lenguajes hablados en todo el mundo detectó una antigua señal que apunta hacia el sur de Africa como el lugar donde se habrían originado las lenguas modernas.
El hallazgo es consistente con la evidencia de cráneos fósiles y el ADN que indican que los humanos modernos se habrían originado también en ese continente. También implica, aunque no prueba, que el lenguaje moderno se originó sólo una vez, una presunción considerablemente controvertida entre los lingüistas.
La detección de una señal tan antigua en el lenguaje es sorprendente. Debido a que las palabras cambian tan rápidamente, muchos lingüistas piensan que el origen de las lenguas no puede seguirse muy atrás en el tiempo. El árbol lingüístico más antiguo que se haya podido reconstruir hasta ahora es el de la familia indoeuropea, que incluye el inglés y se remonta a hace 9000 años como máximo.
Quentin D. Atkinson, biólogo de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, atravesó esta barrera en el tiempo, si su afirmación es correcta, al analizar no las palabras, sino los fonemas -las consonantes, vocales y tonos que son los elementos más simples del lenguaje-. Atkinson, un especialista en aplicar métodos matemáticos a la lingüística, encontró un patrón simple, pero sorprendente en alrededor de 500 lenguajes hablados alrededor del mundo: un lenguaje utiliza menos fonemas cuanto más lejos esos humanos tempranos tuvieron que viajar desde Africa.
Algunos de los lenguajes que utilizan sonidos de "clic" en Africa tienen más de 100 fonemas, mientras que el hawaiano, que se encuentra hacia el final de la ruta de migración desde el continente africano, tiene sólo 13. El inglés tiene alrededor de 45 fonemas.
Este patrón de diversidad decreciente en la diversidad genética según la distancia implica que el origen del lenguaje humano moderno es la región del sudoeste de Africa, dice Atkinson en un artículo publicado ayer en Science .
El lenguaje tiene por lo menos 50.000 años de antigüedad, que es la fecha en que los humanos modernos se dispersaron desde Africa, y algunos expertos dicen que tiene por lo menos 100.000 años.
Atkinson, si su trabajo es correcto, está recogiendo un eco distante que llega desde un tiempo distante.
Aunque los lingüistas tienden a desoír las afirmaciones sobre trazas de lenguajes de más de 10.000 años, "este trabajo se acerca a convencerme de que este tipo de investigación es posible", dijo Martin Haspelmath, investitgador en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania. Atkinson es uno de varios biólogos que comenzaron a aplicar a la lingüística los complejos métodos estadísticos desarrollados para construir árboles genéticos basados en secuencias de ADN.
"Nos sentimos incómodos acerca de los modelos matemáticos que no entendemos yuxtapuestos a modelos filológicos que sí entendemos", dijo Brian D. Joseph, lingüista de la Ohio State University. Pero él piensa que otros lingüistas pueden estar más abiertos a aceptar el artículo de Atkinson.
"Creo que tenemos que tomarlo seriamente", dijo Joseph.
Otro lingüista, Donald A. Ringe, de la Universidad de Pensilvania, dijo que "es muy temprano para saber si la idea de Atkinson es correcta, pero si lo fuera, es una de las más interesantes que se han visto en una década".
 
 En:http://www.lanacion.com.ar/1365646-los-lenguajes-se-habrian-originado-en-el-sur-de-africa?utm_source=newsletter&utm_medium=titulares&utm_campaign=NLCien
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17/04/2011

La biblioteca sin papel

Los libros experimentan su primer gran paso evolutivo desde la imprenta de Gutenberg. Ahora podemos leer en el celular, la tablet y los e-readers. Todo lo que hay que saber sobre los e-books

Sábado 16 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa

En el mundo se habla de los libros electrónicos desde hace al menos una década, pero recién en los últimos tres años y medio cambió este mercado con la aparición, a fines de 2007, del icónico Kindle de Amazon. Un dispositivo especializado para esta tarea no es, sin embargo, la única alternativa que tiene quien busca leer en formato digital; también hay software para transformar una PC en un e-reader.
Los lectores electrónicos especializados tienen como función principal mostrar los textos e intentan ser fieles al original de papel, apelando incluso a las pantallas de tinta electrónica, distintas del LCD convencional.
Fue la tinta electrónica la que estableció el concepto del lector como dispositivo, con una pantalla en la que las letras se forman con bolitas blancas o negras magnetizadas, y que sólo consumen energía cuando se pasa la página, a diferencia de una pantalla de computadora, que se refresca decenas de veces por segundo. La tinta electrónica, además, tiene excelente visibilidad: al aprovechar la luz ambiente no cansa la vista, se ve como un libro de papel al sol directo, y desde cualquier ángulo. Estos lectores tienen pantallas de 5 o 6 pulgadas y botones para elegir un título de su biblioteca interna o pasar las páginas.
Una interfaz gráfica sencilla permite acceder a los títulos almacenados en el dispositivo y, dependiendo del modelo, saltar a los diferentes capítulos, marcar páginas interesantes o dejar anotaciones al margen.
Sony fue una de las compañías pioneras en el área, con su línea eReader, que ya no vende en el país, aunque sí lo hace en el resto del mundo ( http://e-bookstore.sony.com/reader/ ). Pero el dispositivo que llevó el concepto del libro electrónico a una gran masa de usuarios fue el Kindle de Amazon, que ya va por la tercera versión.
El Kindle básico ( www.amazon.com/kindle ) tiene una pantalla de 6", espacio para almacenar 3500 libros, conexión Wi-Fi o 3G para adquirir nuevos títulos directamente desde el equipo, un teclado Qwerty para hacer búsquedas en la tienda o navegar por la Web, y una batería que, según su fabricante, dura más de un mes si no se usa la conexión inalámbrica. Ofrece 900 mil títulos comerciales y 1,8 millones de libros de dominio público. También puede desplegar archivos PDF.
En Estados Unidos tiene un precio de 139 dólares (sin 3G) o 189 dólares (con Wi-Fi y 3G, que funciona en la Argentina, no requiere abono mensual). Amazon lo envía al país, pero al precio original hay que sumarle 21 dólares de envío, más un 45% de impuestos locales, más los honorarios del correo privado que lo recibe (por lo general DHL), que rondan los 240 pesos. En el buen blog local www.clubdelebook.com hay más información sobre el tema.
Otro libro electrónico popular en Estados Unidos es el Nook de Barnes & Noble ( www.barnesandnoble.com/nook/ ). Una versión funciona como una tablet con Android y pantalla color de 7" (US$ 249 en Estados Unidos), y en la otra combina una pantalla de tinta electrónica de 6" con una pantalla secundaria convencional de 3,5"; el equipo corre Android, tiene versiones sólo con Wi-Fi o con Wi-Fi y 3G (149 y 199 dólares, respectivamente) y funciona como el Kindle. No tiene envío directo a la Argentina.
En nuestro país está Papyre ( www.grammataargentina.com.ar ), una línea de libros electrónicos de la compañía Grammata, que tiene cuatro modelos con tinta electrónica. El más económico, el Papyre 5.1, tiene un precio de $ 1199 y pantalla de 5"; el tope de línea es el 6.S Alex, que a una pantalla de 6" suma una segunda pantalla LCD, que funciona como una mini tablet con Android y Wi-Fi. Su precio es de $ 2499. Dependiendo del modelo, también reproduce MP3 o permite acceder a sitios Web. LA NACION publicó una videorreseña en noviembre último: http://videos.lanacion.com.ar/video17782-llegan-a-la-argentina-los-libros-electronicos-de-papyre . Grammata firmó un acuerdo con Libranda, una plataforma de distribución de libros electrónicos respaldada por editoriales como Planeta, Random House Mondadori o Santillana, y Publidisa (un servicio de publicación de e-books que en la Argentina está representado por Bibliografika), para ofrecer títulos en español, una de las mayores limitaciones que tiene hoy el mercado del libro electrónico hispano.
Movistar, por su parte, inaugurará el miércoles su tienda de e-books en www.movistar.com.ar/ebooks ; contará con 15.000 títulos en formato PDF con DRM al momento de su lanzamiento, y no será necesario ser cliente de la empresa para acceder a ella.
Los otros lectores
No son las únicas alternativas para acceder a un e-reader, como pueden atestiguar quienes cargaban libros en sus palmtops a principios de la década pasada. Hoy las tablets y los smartphones tomaron la posta y también permiten leer libros digitales.
Amazon ofrece una versión del Kindle por software que permite acceder a su tienda de libros, sincronizar su contenido entre diferentes dispositivos y demás. Está disponible para Windows, OS X, dispositivos iOS (iPhone, iPod Touch, iPad), Android (móviles y tabletas), teléfonos BlackBerry y Windows Phone 7. Barnes & Noble también ofrece el software Nook, es compatible con Windows, OS X, iOS, Android y BlackBerry.
No son los únicos. Google, por ejemplo, tiene Books ( books.google.com.ar ), con una biblioteca de textos de dominio público digitalizados y libros comerciales, aunque estos últimos no pueden adquirirse desde la Argentina. Además de ser accesible a través de cualquier navegador convencional tiene una aplicación para Android, iOS, el Nook y dispositivos de Sony.
Apple cuenta con su propia librería electrónica, llamada iBookstore, a la que se accede a través de la aplicación iBooks. No es la única alternativa para los dispositivos de esta compañía; también son muy populares Stanza y Kobo, ambos disponibles en la App Store. Los lectores son gratis.
Kobo es el lector oficial de la tableta PlayBook, de RIM, que saldrá a la venta en Estados Unidos el martes próximo, y también está disponible para móviles BlackBerry y Android; se descarga de sus tiendas de aplicaciones respectivas.
Los equipos Android de Samsung (tanto los smartphones como las tablets) incluyen la aplicación Aldiko; en este sistema operativo son muy populares los lectores FBReader y Laputa (nombre que alude a la isla que visita Gulliver en sus viajes).
Para móviles Symbian y equipos que usen aplicaciones Java está el freeware Foliant ( http://foliant-reader.com , la página está en ruso, pero la aplicación funciona en inglés).
Mientras tanto, la tablet Xoom de Motorola, que se presentó en la Argentina esta semana (ver nota en la página 8) incluirá como novedad el acceso a una tienda argentina, Bajalibros. Según sus creadores, está en sus planes ofrecer acceso a su librería desde dispositivos iOS, Android, la PlayBook y las computadoras convencionales.
Una de las dudas que surgen en el momento de elegir un lector de libros electrónicos es establecer el valor de la inversión en libros: ¿quedarán atados a una plataforma? ¿Se podrán usar en otro dispositivo?
La respuesta depende del equipo. Los Kindle de Amazon usan un formato propietario AZW, protegido contra copia. Lo mismo sucede con Apple. Pero la mayoría de la industria adoptó el formato abierto ePub para codificar los libros. El tema es que el esquema de DRM para controla copia no autorizada del libro queda a criterio de cada vendedor; aunque en teoría al comprar un libro en formato ePub en una tienda debería ser legible en cualquier dispositivo, en la práctica no es así. La mayoría de los textos en ePub gratis (como libros de dominio público) sí pueden verse en los diversos lectores sin problemas de compatibilidad, lo mismo que los que usan la protección de copia de Adobe para ePub.
Los e-readers suelen admitir textos en PDF (con o sin DRM), Microsoft Word, PDB (el viejo formato de las Palm), HTML y TXT, entre otros. Una ventaja del ePub es que es muy flexible a la hora de adaptar su contenido a pantallas de diferente tamaño. En en.wikipedia.org/wiki/Comparison_of_e-book_formats se lista la compatibilidad de los dispositivos más populares.
Quienes busquen contenido gratis o comercial pueden usar, además de lo provisto en las tiendas comerciales, los textos almacenados en sitios como el del Proyecto Gutenberg ( www.gutenberg.org ), Wattpad ( www.wattpad.com , también tiene su lector multiplataforma), Wikilibros ( es.wikibooks.org ), El Aleph ( www.elaleph.com ), la Biblioteca Clarín ( www.biblioteca.clarin.com/pbda/index.html ), Bubok (una editorial digital que publica con licencia Creative Commons, www.bubok.es ), Libros en Red ( www.librosenred.com ) o Librodot ( www.librodot.com ), entre otros.
A la vez, quienes quieran crear sus propios libros electrónicos en formato PDF pueden apelar al OpenOffice ( es.openoffice.org , gratis); también está Calibre ( http://calibre-e-book.com , gratis, corre sobre Windows, OS X y Linux), para generar un e-book en formato ePub con un texto propio.
Ricardo Sametband
 
En: http://www.lanacion.com.ar/1365561-la-biblioteca-sin-papel?utm_source=newsletter&utm_medium=suples&utm_campaign=NLTecnoImprimir artículo

08/04/2011

Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010)

 Las respuestas las podés encontrar en: http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000018.nsf/%28voAnexos%29/arch8100821B76809110C12571B80038BA4A/$File/CuestionesparaelFAQdeconsultas.htm#ap0

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02/04/2011

2 de Abril: Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil

La celebración de este día especial es la commemoración del nacimiento del escritor danés, Hans Christian Andersen, quien publicó más de ciento cincuenta cuentos destinados a los más pequeños, entre ellos algunos absolutamente asimilados en la cultura popular como "El patito feo", "La sirenita" o "El soldadito de plomo". En su honor se concede, cada dos años, desde 1956, el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil, y, desde 1966, también de ilustración. Se trata del galardón más importante dentro del campo de la literatura infantil; lo concede la IBBY y está patrocinado por el Reino de Dinarmarca. El último galardonado, en 2010, fue el británico David Almond, autor de "En el lugar de las alas" y "Mi último verano".

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¿Literatura infantil es literatura?

16/03/11

Casi ignorados por la academia y la crítica, los libros que encuentran a sus lectores entre los niños y jóvenes tienen un rol en su formación y un lugar considerable en el mercado. Autores y especialistas lo analizan como producto cultural, en su función pedagógica y el espacio que queda para la imaginación.  

POR IVANNA SOTO

Son los padres quienes compran y leen primero los libros orientados a niños, una disciplina que no tiene ni una cátedra en la Universidad de Letras pero varios estantes en las librerías. Entonces, ¿se trata de literatura infantil o literatura “a secas”? En un encuentro a propósito de la presentación de Torre de Papel y Zona Libre 2011, dos colecciones de la editorial Norma destinadas a un público infantil, autores y especialistas buscaron delimitar sus alcances y plantear preguntas acerca del papel de la crítica, su función pedagógica y su rango como producto cultural.

En principio, la llamada literatura infantil o juvenil no existió hasta el siglo XIX simplemente porque no se entendía la infancia como un período diferenciado. Entonces, la literatura a la que accedían los niños era la misma que estaba destinada a un público adulto, pero era pasible de tantas lecturas e implicaciones políticas, morales y religiosas como lectores se encontraran con ella. “Las obras tienen que ser para todos, no tiene que haber dos literaturas”, dictaminó en el inicio el chaqueño Gustavo Roldán, autor de El último dragón, cuyo protagonista adopta como padre a un sapo. “Me crié en el monte escuchando historias y no había una diferencia: si había un grande, era para grandes, si había un chico, era para chicos”, señaló.

A pesar de su entusiasmo, conoce que las clasificaciones en la actualidad no funcionan de ese modo y son escasas las situaciones en las que se eleva la literatura infantil a un producto cultural del mismo rango que la Literatura en general: se niega su calidad y se la toma como una adaptación de menor nivel de las creaciones adultas a la mentalidad y experiencia del niño.

Así lo entiende la academia, que excluye a la literatura orientada a niños del programa de las cátedras que abordan a la literatura en general, relegándola a seminarios aislados y específicos. Mirta Gloria Fernández, egresada de la carrera de Letras de la UBA y docente del Seminario de Literatura Infantil en la misma facultad, puede dar fe de ello, y va más allá: “Tampoco se institucionaliza la crítica en la literatura infantil, y esto supone una paradoja: porque al no haber crítica negativa hay más libertad por parte de los escritores. Sin embargo, el hecho de que no haya meta-discursos circulando alrededor de los montones de obras que se editan, no implica que la literatura infantil esté en los márgenes del capitalismo, sino al contrario: es el género que más vende”.

Martín Blasco, autor de El bastón de plata, una novela histórica ambientada en la España islámica, cree dar en la diferencia: “La única condición real de la literatura infantil y juvenil no es que está dirigida a los jóvenes, sino que tiene que tener en cuenta que el lector que la va a agarrar no tiene una cultura previa”, explicó. “La edad no es criterio de diferenciación”, opinó Fernández, que añadió que la literatura infantil no se trata de un subgénero sino que se podría pensar como un macro-género, en la medida que en su interior se despliegan distintos géneros, como la ciencia ficción, la poesía, los clásicos ilustrados, entre otros.

“A la hora de escribir, el género define la escritura, porque cuando trabajás en un libro para adultos lo hacés de manera distinta que cuando está dirigido a chicos. Una vez que tengo definido el público, trabajo dentro de los límites que produce el género en cuestión”, comentó Sergio Olguín, autor de Cómo cocinar un plato volador, una historia sobre el encuentro entre un padre separado y su hijo. “Tanto mis novelas juveniles como de adultos son de género policial. En este caso la ciencia ficción es una excusa, podría haber sido el género fantástico o incluso un cuento maravilloso, pero tenía ganas de trabajar algo distinto de lo que me permito hacer cuando escribo literatura para adultos”, agregó.

¿Hay temas para los lectores niños? No según Roldán: “Todos los temas son para el público infantil, especialmente los grandes. A los chicos les interesan las temáticas más fundamentales que les interesan a los grandes, no los temas tontos”. Pero no sólo los niños son lectores de estos libros. Para Mirta Fernández, la literatura infantil cuenta con un doble receptor: los padres y los chicos. “Lo que deseamos la mayor parte de los adultos es que los niños lean. Pero, ¿coincide el deseo infantil con la propuesta adulta? Los niños leen, en gran parte, desde un horizonte ajeno a los afanes disciplinantes, ya que aún no están presos de arengas mitigadoras, ni de discursos políticamente correctos”, señaló.

Pero el lector adulto, según su opinión especializada, “es resultado de una operación que pregona la subalteridad de la literatura con respecto a la ética, la moral o la ideología”, donde las instituciones que seleccionan las obras cobran importancia. A lo largo del tiempo, fueron sucediéndose distintas representaciones uniformizantes de la infancia que cambiaban según los condicionamientos de cada época; y la literatura infantil, que está asociada a las categorías de la infancia y los avatares políticos y económicos, fue adaptándose.

“La escuela es la que determina cómo es la literatura infantil de cada tiempo y está asociada a lo que la sociedad necesita que se construya como idea de infancia. El riesgo siempre en este campo es que queda la finalidad pedagógica demasiado al descubierto; el libro de literatura infantil suele adolecer de un discurso ejemplificador”, remarcó Fernández. Roldán compartió la posición, y señaló: “Hay demasiados educadores –los padres, la policía, la escuela y las iglesias–; la función de la literatura es cualquier cosa menos esa. Que de paso también educa, sí, pero esa no es su función”.

En la actualidad, la literatura infantil como domesticadora del niño está más vigente que nunca según Fernández. “El niño hoy está más condicionado que antes por lo que el adulto quiere que él sea –explicó; con el advenimiento de las nuevas tecnologías, su espacio de imaginación está más invadido y censurado, y ya no le queda lugar para la creación propia” –sentenció. “Toda literatura siempre va a tener una ética, dado que siempre va a estar allí el valor apreciativo de un sujeto, pero la literatura infantil debería cuidarse de quedar pegada a determinados valores. El mensaje estético no debe estar soslayado por un mensaje moral o ideológico; la obra debe ser polisémica”. 
Ni subgénero ni género menor, a modo de conclusión el encuentro arribó a la certeza de que “la literatura infantil –en palabras de Fernández – no es literaturita”.

En: http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/infantil-juvenil/debate_sobre_literatura_infantil_y_literatura_0_445155717.html

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