15/05/2011

Pescetti y su humor

Tom Sawyer le gana al Principito, al menos eso es lo que sostienen los varones para pelearse con las chicas, porque todos entendieron que la maestra les había dado lecturas "que ganaba el que elegía una". Los varones, inspirados por las aventuras de Tom, salen a buscar territorios inexplorados, horizontes y peligros. Las chicas, emocionadas con el Principito, dibujan, bailan y cantan en honor al heroico personaje, y se preguntan "si conviene como novio, con tanta gente que abandonó". Lo que comienza como una tarea escolar se transforma en una pelea de bandas, en la que cada cual defiende su libro: el Principito es mejor porque domestica animales, Tom es un ídolo porque logra que sus amigos le hagan la tarea... y así sigue el curso entero, con más competencias, tareas prácticas para la escuela convertidas en ir a remar al río y que "el río no les haga caso"... Y todo lleva a que las chicas se sientan imprescindibles para salvar a los chicos de "un peligro que se meten por ir sin ellas".

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04/05/2011

Para leer a Paul Auster

La generación que siguió al 11-S

Joyce Carol Oates, una de las mayores narradoras de los Estados Unidos, analiza “Sunset Park”, la nueva novela de otro grande de la literatura estadounidense actual. La obra es a la vez una comedia melancólica y una alegoría pesimista de la bancarrota espiritual de jóvenes derrotados por la realidad.

POR Joyce Carol Oates

De los géneros literarios, ninguno ha florecido de manera tan diversa y maravillosa en las últimas décadas como la memoria – no las memorias de vida o la autobiografía, más aburrida, estática, cronológicamente determinada, sino la memoria de crisis, lírica, en general breve, sumamente individualizada, entre las que destacan Esa visible oscuridad (1990) de William Styron, Las cenizas de Angela (1996) de Frank McCourt, y El año del pensamiento mágico (2005) de Joan Didion; y de éstas, ninguna compuesta de manera más bella y sucinta que La invención de la soledad (1982) de Paul Auster, escrita luego de la impensada muerte de su padre en 1981.
Más tarde, a lo largo de una carrera que abarca quince novelas, seis obras de ensayo, una colección de poesía, guiones y libros editados, Paul Auster pasó a ser conocido sobre todo por su ficción posmodernista atípicamente enigmática, muy estilizada, en la cual los narradores rara vez son otra cosa que poco confiables y la base argumental cambia continuamente. La invención de la soledad es sin embargo notable por su evocación franca, honesta, sutil de la pérdida filial seguida, no por la pena profunda – al menos no la pena profunda convencional – sino por el aturdimiento de una incapacidad de llorar y la determinación estoica de conocer a Samuel Auster, el padre esquivo, no querido, el hombre “invisible”:
Careciendo de pasión por alguna cosa, o persona, o idea, incapaz o no dispuesto a revelarse a sí mismo bajo ninguna circunstancia, había conseguido mantenerse a cierta distancia de la vida, no sumergirse en la profundidad de las cosas. Comía, iba a trabajar, tenía amigos, jugaba al tenis, y a pesar de todo eso, no estaba presente. En el sentido más profundo, más inalterable, era un hombre invisible.
(Una fotografía del difunto Samuel Auster sugiere, sin embargo, una extraña semejanza con Paul Auster.)

01/05/2011

Murió Ernesto Sabato, un clásico de la literatura argentina

Literatura / 30/04/11

Falleció en su casa de Santos Lugares a los 99 años. Notable autor y ensayista, escribió "El túnel" y "Sobre héroes y tumbas", entre otras obras clave. Fue titular de la Conadep tras el regreso de la democracia. En 1984 había recibido el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en español. Lo velarán desde las cinco de la tarde en el Club Defensores de Santos Lugares y las exequias serán mañana en el Jardín de Paz.

La literatura argentina despide a uno de sus íconos populares. El escritor Ernesto Sabato murió esta madrugada a los 99 años en su casa de Santos Lugares. Autor de "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador", entre otras obras, también fue uno de los rostros emblemáticos del regreso democrático, al encabezar la Conadep.
Testigo y paradigma de su tiempo, la figura de Sabato adquirió una dimensión diferente luego de la dictadura militar con su labor al frente de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas).

Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas "El Túnel" (1948), "Sobre héroes y tumbas" (1961) y "Abbadón el exterminador" (1974) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios.

"Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana", declaró una y otra vez para referirse a esa obra que marcó las generaciones del 60 y 70 y se desdibujó cuando sus ojos comenzaron a fallar, para ser reemplazada por la pintura.

Sus escritos finales, que incluyen memorias y crónicas de la vejez, constituyen su postrera despedida con la escritura, más allá de algún destello vital como la conmovedora confesión de amor a su colaboradora Elvira Fernández Fraga, hoy al frente de la fundación que lleva su nombre.


Su figura recobró fuerza como portavoz de valores añorados por una sociedad atravesada primero por la dictadura militar y luego por el neoliberalismo de los 90. Su mensaje se concentró en los jóvenes: "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía -dijo- serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".

Sabato había nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas. Iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, ya que este año iba a cumplir 100 años.


Durante su larga trayectoria, por solicitud del entonces presidente Raúl Alfonsín presidió entre 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares.


Sabato en 1984 recibió el premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana, por lo cual fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.


En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por Abaddón el exterminador.


Luego, en 1977 Italia le otorgó el premio Medici y al año siguiente le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España, y en 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.