09/10/2013

El niño y la mariposa de Rafael Pombo



Mariposa,
vagarosa
rica en tinte y en donaire
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?

Yo, de flores
y de olores,
y de espumas de la fuente,
y del sol resplandeciente
que me viste de colores.

¿Me regalas
tus dos alas?
¡Son tan lindas! ¡te las pido!
Deja que orne mi vestido
con la pompa de tus galas.

Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes tanto traje,
¿Por qué quieres un ropaje
que me ha dado Dios bendito?

¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?

Días sin cuento
de contento
el Señor a ti me envía;
mas mi vida es un solo día,
no me lo hagas de tormento.

¿Te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡ay¡ quizás sobre una rosa
me hallarás muy pronto inerte.

Oyó el niño
con cariño
esta queja de amargura,
y una gota de miel pura
le ofreció con dulce guiño.

Ella, ansiosa,
vuela y posa
en su palma sonrosada,
y allí mismo, ya saciada,
y de gozo temblorosa,
expiró la mariposa.


Esta cartilla es una producción del Ministerio de Cultura de Colombia.
Está dirigida a docentes, bibliotecarios, padres de familia, madres comunitarias y a todas las personas que realicen actividades de lectura y escritura con niños.
Puede ser usada total o parcialmente. Los ejercicios que propone son de libre uso.

Textos:
Rafael Pombo

Ilustraciones:
Ana María Cadavid

En: http://www.mincultura.gov.co/micrositios/cartillapombo/elninoylamariposa.php
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02/10/2013

Cuentos por teléfono de Gianni Rodari

Caperucita Roja
Erase una vez una niña que se llamaba Caperucita Amarilla.
- ¡No Roja!

-¡AH!, sí, Caperucita Roja. Su mamá la llamó y le dijo: "Escucha Caperucita Verde..."
- ¡Que no, Roja!
- ¡AH!, sí, Roja. "Ve a casa de tía Diomira a llevarle esta piel de patata."
- No: "Ve a casa de la abuelita a llevarle este pastel".
- Bien. La niña se fue al bosque y se encontró a una jirafa.
- ¡Qué lío! Se encontró al lobo, no a una jirafa.
- Y el lobo le preguntó: "Cuántas son seis por ocho?"
- ¡Qué va! El lobo le preguntó: "¿Adónde vas?".
- Tienes razón. Y Caperucita Negra respondió...
- ¡Era Caperucita Roja, Roja, Roja!
- Sí y respondió: "Voy al mercado a comprar salsa de tomate".
- ¡Qué va!: "Voy a casa de la abuelita, que está enferma, pero no recuerdo el camino".
- Exacto. Y el caballo dijo...
- ¿Qué caballo? Era un lobo
- Seguro. Y dijo: "Toma el tranvía número setenta y cinco, baja en la plaza de la Catedral, tuerce a la derecha, y encontrarás tres peldaños y una moneda en el suelo; deja los tres peldaños, recoge la moneda y cómprate un chicle".
- Tú no sabes explicar cuentos en absoluto, abuelo. Los enredas todos. Pero no importa, ¿me compras un chicle?
- Bueno: toma la moneda.
Y el abuelo siguió leyendo el periódico.


En: http://cuentosdegiannirodari.blogspot.com.ar/

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