27/08/2014

TÉ DE LÁGRIMAS - Arnold Lobel


Libro: “Búho en casa” de Arnold Lobel. Ediciones Ekaré


Búho sacó una tetera del armario.

—Esta noche haré té de lágrimas —dijo—. Puso la tetera en sus piernas.

—Ahora —dijo—, comenzaré.

Se quedó muy quieto en su silla y se puso a pensar en cosas tristes.

—Sillas con las patas rotas —dijo Búho—. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

—Canciones que no se pueden cantar —dijo Búho—, porque las letras han sido olvidadas.

Búho comenzó a llorar. Una gran lágrima rodó por su mejilla y cayó en la tetera.

—Cucharas que han caído detrás de la estufa y nunca más serán encontradas —dijo Búho—. Más lágrimas cayeron en la tetera.

—Libros que nunca más podrán ser leídos —dijo Búho—, porque algunas páginas les han sido arrancadas.

—Relojes que se han detenido —dijo Búho—, y no hay nadie cerca para darles cuerda.

Búho estaba llorando. Grandes lagrimones caían dentro de la tetera.

—Amaneceres que nadie vio porque todo el mundo estaba durmiendo —dijo Búho sollozando.

—Puré de papas abandonado en un plato porque nadie quiso comérselo —dijo llorando—. Y lápices que son demasiado cortos para escribir con ellos.

Búho pensó en muchas otras cosas tristes.

Lloró y lloró.

Pronto, la tetera estuvo llena de lágrimas.

—Bueno —dijo Búho—, ¡ya estamos listos! Búho paró de llorar. Puso a hervir la tetera sobre la estufa para hacer té.

Búho se sintió contento mientras llenaba su taza.

—Está un poco salado —dijo—, pero el té de lágrimas siempre cae muy bien.




Búho en casa, Arnold Lobel. Ediciones Ekaré. Primeras lecturas; 6 años: primeros lectores.








24/08/2014

Salvemos los sueños - Ivana Carla Munini

https://soundcloud.com/diapasonica/salvemos-los-suenos
Narrado para la Cuentería de la Escuela Primaria N° 1249, compaginado y editado por Tato Garabato, se transmite por la Frecuencia Diapasónica FM 98.9, de la ciudad de Cañada de Gómez.

El cuento "Salvemos los sueños", obtuvo 1° Mención Especial en el Concurso Ahora te cuento 2007, organizado en la ciudad de Santa Fe por el Ministerio de Innovación y Cultura.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/07/25/escenariosysociedad/SOCI-03.html


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20/08/2014

EL BÚHO Y LA LUNA - Arnold Lobel. Ediciones Ekaré




Libro: “Búho en casa” de Arnold Lobel. Ediciones Ekaré


Una noche, el Búho bajó a la orilla del mar. Se sentó sobre una gran roca y miró las olas.

Todo estaba oscuro. Entonces, la puntica de la Luna apareció sobre el borde del mar. El Búho contempló la Luna subir cada vez más alto en el cielo.

Pronto la Luna estuvo brillando entera y redonda.

El Búho se sentó en la roca y miró a la Luna durante un largo rato.

—Si yo estoy mirándote a ti, Luna, tú debes estar también mirándome a mí.
Tenemos que ser muy buenos amigos.

La Luna no contestó, pero el Búho dijo:

—Volveré a verte otra vez, Luna, pero ahora tengo que irme a casa. El Búho bajó andando por el sendero. Levantó los ojos al cielo.
La Luna estaba todavía allí. Venía siguiéndole.

—No, no, Luna —dijo el Búho—. Eres muy amable por iluminarme el camino, pero debes quedarte arriba sobre el mar, donde estás tan hermosa.

El Búho siguió andando un poco más. Volvió a mirar el cielo. Allí estaba la Luna yéndose con él.

—Querida Luna —dijo el Búho—, francamente, no debes venir a mi casa conmigo.
No cabrías por la puerta, y no tengo nada que darte para cenar. El Búho continuó caminando. La Luna se deslizaba tras él sobre las copas de los árboles.

—Luna —dijo el Búho—, creo que no me oyes.

El Búho subió a lo alto de una colina. Gritó todo lo fuerte que pudo:

—¡Adiós, Luna!

La Luna se metió detrás de unas nubes. El Búho miró y miró. La Luna había desaparecido.

—Siempre resulta un poco triste decir adiós a un amigo —dijo el Búho.

El Búho llegó a casa. Se puso la pijama y se fue a la cama. La habitación estaba muy oscura. El Búho se sentía todavía triste.

De repente, la habitación del Búho se llenó de luz plateada. El Búho miró por la ventana. La Luna estaba saliendo detrás de las nubes.

—Luna, me has seguido durante todo el camino a casa.
¡Qué amiga tan buena y redonda eres! —dijo el Búho.

Luego, el Búho apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos.
La Luna entraba brillando por la ventana. El Búho ya no se sintió triste.



Búho en casa, Arnold Lobel.Ediciones Ekaré.
Primeras lecturas; 6 años: primeros lectores.





17/08/2014

La culpa no es del pájaro _ Ivana Carla Munini

https://soundcloud.com/diapasonica/1-la-culpa-no-es-del-pajaro

Este cuento fue difundido por la Radio FM Diapasónica 98.9, de la ciudad de Cañada de Gómez, para el Proyecto "La cuentería por radio"  llevado a cabo en la Escuela Primaria N° 1249 "Gral. Martín Miguel de Güemes". La  edición y musicalización estuvo a cargo de Tato Garabato.



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"Conocerás a San Martín por la elección de sus libros"

Pedro Luis Barcia, coautor de "Las bibliotecas del Libertador", habló con Infobae acerca de lo "insólito" de que "un militar arrastre consigo una docena de baúles con libros", cruzando el Atlántico y la Cordillera, hasta Lima.

 Miguel de Unamuno escribió una vez: "A cada hombre puede juzgársele por sus lecturas favoritas. Don Quijote leía libros de caballería; Bolívar, a Rousseau, y San Martín apacentaba su espíritu con la lectura de Plutarco". El profesor Pedro Luis Barcia, lingüista, actual presidente de la Academia Argentina de Educación y autor de numersos ensayos, ha incursionado en esta forma de aproximarse a la figura y al pensamiento de un grande como José de San Martín. El resultado es el libro Los caminos de la lectura. Las bibliotecas del Libertador, en coautoría con Adela di Bucchianicco(Autopistas del Sol, 2010), que echa luz sobre una faceta poco conocida de un hombre que decía "el escribir es lo que más aborrezco" –aunque lo hizo cuando fue necesario para su acción y para mantener el vínculo con sus amigos- pero que poseía una biblioteca por demás nutrida para la época. En palabras de Barcia, era otro "parque de artillería" del General.

-¿Qué cosas podemos aprender sobre San Martín a partir de sus lecturas?
Creo que puede decirse "por la elección de sus libros lo conocerás". La biblioteca personal –en la época le decían "librería" y así la llama San Martín- revela las preferencias, y la amplitud de intereses sanmartinianos. Naturalmente, el mayor caudal de su biblioteca estaba dedicado a las artes militares -unas143 obras-; luego venía la literatura, con 38 títulos, obras históricas, 34, libros de viajes, 23, y varios diccionarios: de música, de historia, de arquitectura, de América, de artes, etcétera. Puede verse el análisis que hemos hecho en nuestro libro, con Adela di Bucchianicco, donde rescatamos las portadas de toda su biblioteca. 

-¿Qué le impactó de la lista de libros que el Libertador trasladaba consigo y que finalmente donó al Perú? 
Él donó al Perú sus más de 700 volúmenes, pero sólo le aceptaron la mitad. La otra quedó disponible para otros destinos posibles: las bibliotecas de Mendoza y de Santiago de Chile, fundadas por su motivación, como la de Lima. Lo que me llamó la atención es la variedad de campos que abarca. Pero lo más insólito es que un militar arrastre consigo una docena de cajones de libros a través del Atlántico, de España a Buenos Aires, luego a Mendoza; y, a través de la Cordillera, a Chile primero, y después a Perú por mar. Es un hecho insólito, repito. De alguna manera, ese caudal era parte de otro "parque de artillería": en esos libros él hallaba descanso, ilustración y motivación.

-¿Eran las lecturas de San Martín las usuales en un militar, en esa época, en España? 
Eran mucho más amplias y variadas que las habituales de un hombre de armas. Sus diversas lecturas eran las propias de un hombre de la Ilustración, con un predominio fuerte de obras en francés. Era dueño de una edición ampliada de la famosa Encyclopédie, y agavilló en su rica biblioteca obras sobre matemáticas, literatura, agricultura, jardinería, biografías, derecho, memorias, etc.
-¿Cree que el San Martín que recordamos se parece al real? 
Sí, en lo esencial: su sentido republicano, de palabra inquebrantable, su talento organizador, su condición de amigo entrañable, su respeto a la vida, su atención cordial a los indios y a los negros.Dispuso en Córdoba, en 1814, que se reeditaran los Comentarios reales, del Inca Gracilaso de la Vega, para que se conociera aquella cultura originaria, etc. Era hombre de vida muy estricta y disciplinada. 
Hay que evitar dos actitudes extremas en la presentación de nuestros prohombres: la marmolización, que los hace inimitables, y se pierde su potencia ejemplificante para los ciudadanos; y el avulgaramiento en que caen muchos con el ánimo de "humanizarlo" y lo degradan. "No hay grandes hombres para su ayuda de cámara", dice el estúpido comentario vulgar: el pobre asistente sólo ve al hombre en el gargajo, el vómito, y las pequeñeces cotidianas. No tiene percepción real de sus altos valores. 
-¿Hay aspectos valiosos de su personalidad que se hayan perdido justamente con esta "marmolización" de su figura? 
Era un notable bailarín -"pocos hay que lo aventajen", dijo Mary Graham, la amante de Cochrane-; jugaba al ajedrez, sus hobbies eran la carpintería, la cerrajería y la jardinería; pintaba acuarelas, y algún óleo con paisaje de río; aprendió a pintar abanicos y coloreaba postales. Notable tertuliano con capacidad de conversación entretenida y vivaz: "Su conversación es amable, fina e insinuante, como la de un hombre de mundo y de buen trato", dice el general Miller. "Respondía con claridad y elegancia de lenguaje, admirable en la argumentación", apunta el inglés Basilio Hall. Su segunda vocación fue la marina.

-Aunque fue un hombre muy ilustrado, San Martín no era un intelectual, no dejó escritos. ¿Es eso un obstáculo para conocerlo? 
Tuvo una gran capacidad de observación, sus extensas descripciones de las costumbres de los indios pehuenches, poco conocidas e interesantísimas, lo prueban. No fue un escritor ni un intelectual: fue un hombre de sólida cultura, de notable profesionalismo militar e inusual capacidad de mando y de proyecto; su Plan Continental lo muestra. En Cuyo, consolidó su capacidad de gobierno al frente de la región, donde adelantó en empresas civilizadoras: molinos, vacunas, escuelas, mejoras edilicias y del ejido urbano, etc. 
Eso sí, era de expresión breve y lacónica: la arenga antes de librar el encuentro de San Lorenzo fue de tres líneas. "El escribir es lo que más aborrezco", le dijo a O'Higgins. Se acentuó su rechazo, cuando lo afectó el reuma en su mano derecha. Escribió por obligación toda literatura castrense: informes, partes, arengas, bandos, por un lado; y, por otro, un conjunto importante de cartas de tres índoles: oficiales (al Director Supremo, al Virrey de Lima, a Rosas, etc.), personales (a José Artigas, a Estanislao López, entre otra muchas) e íntimas, las más sabrosas a sus dos amigos preferidos, los dos Tomases: Godoy Cruz y Guido, quienes le arrancaron cartas más extensas y espontáneas, en las que usaba ocasionalmente expresiones cuarteleras, que no aparecen en el resto de los escritos. En estas epístolas el fraseo es sabroso, salpicado de argentinismos léxicos, como matucho, maturrango, calavera, chusmear, pingo, orejear, pulpería, varios carajos, etc.) y fraseológicos, como el célebre andar en pelotas, en su arenga al Ejército de los Andes, o meter el hombro, tirarse a muerto, caérsele la baba, y refranes, lo que le había quedado como hábito por su estancia en Andalucía: Más vale el loco en su casa que el cuerdo en la ajena; En casa vieja, todas son goteras; A perro flaco nunca le faltan pulgas; Obras son amores, que insertaba en sus párrafos. Lo he analizado también en La lengua de San Martín, editado en Perú, en 2013, por la Academia Peruana de la Lengua.
Y un detalle, de color, a la pregunta boba ¿de qué color era el caballo blanco de San Martín?, cabe precisar: nunca montó uno de ese pelaje: sí, un bayo con la cola cortada en corvejón; uno negro, de trote largo: un alazán tostado, un zaino oscuro, y, para cruzar la Cordillera, una mula zaina. 
-¿Qué explicación le encuentra al hecho de que se hable muy poco de lo que hizo después del año 1824, cuando se va por primera vez? Son 26 años hasta su muerte de los que casi nada se sabe... 
Su propia decisión de mantenerse al margen de la vida política, sin embanderarse con ninguna facción, para dejar que el país desarrolle su vida institucional. "A pesar de haberme tratado mi país como a un Ecce Homo", escribió en una carta, desde Bruselas, el 6 de enero de 1827. El silencio que se impuso para no responder a agravios que le inferían los "papeles públicos" -como entonces se les llamaba a los periódicos-, en los que se lo difamaba. Padeció "guerra de pluma" y "guerra de zapa política", en sus propias palabras, desde concluida la campaña libertadora hasta el fin de sus días. En su exilio sufrió violación de su correspondencia, acecho de espías, campañas de desprestigio, que soportó con estoicismo, salvo frente a dos personas ante las que reaccionó con alteración de "mi bilis", como decía: el embajador argentino Manuel Moreno, hermano de Mariano, y el peruano Riva Agüero. La carta a éste es una página antológica de dilapidación verbal. En América, el único que lo sacó de su habitual quicio verbal fue el "metálico" Lord Cochrane, como lo adjetiva, por su filibusterismo. 
-¿Qué historiadores le han hecho más justicia a San Martín? 
Estimo que han sido, por un lado, Mitre y José Pacífico Otero, con sus dos monumentales historias, complementarias entre sí, y, por otro, trabajos de diversa índole y abordaje como los de José Luis Busaniche, Benjamín Vicuña Mackenna, Guillermo Furlong y José Torre Revello, Patricia Pasquali, Héctor Piccinali, seleccionando fuerte en la vasta bibliografía sanmartiniana.

05/08/2014

"Un puñado de semillas" - Mónica Hughes, Luis Garay

  Un puñado de semillas
Concepción vivía con su abuela en una casita en la cima de un cerro. Juntas limpiaron el terreno para hacer un huerto. Sembraron maíz, frijoles y ají.
—Recuerda guardar suficientes semillas para la próxima siembra –dijo la abuela–. Así nunca te faltará de comer.
Todos los días, Concepción bajaba a la quebrada a buscar agua y regresaba con los pesados baldes colgando de sus hombros. Vaciaba con cuidado el agua alrededor de las matas de maíz.
Pasaron las semanas. El sol brillaba. Luego, llegaron las lluvias y el maíz creció muy alto. Los tallos de los frijoles se enroscaron en busca del sol y las matas de ají florecieron.
Cuando el maíz, los frijoles y el ají maduraron, la abuela entregó parte de la cosecha al dueño de la tierra y guardó suficiente para tener con qué comer. Vendió el resto al vecino que lo llevó al mercado de la ciudad, allá lejos, en el valle.
Un día triste, la abuela murió.
—No te puedes quedar aquí –dijo el dueño de la tierra a Concepción–. Ya alquilé esta parcela a otra familia.
—Pero yo puedo trabajar para usted –dijo Concepción.
—Esta familia puede trabajar más que tú. Puede cosechar más frijoles y maíz –replicó el dueño.
Entonces, Concepción tuvo que dejar la casita de paredes pintadas y piso de tierra.
—Ven a vivir con nosotros –dijo la mujer del vecino.
Pero Concepción sabía que ellos tenían siete hijos que alimentar.
—Me iré para allá –dijo señalando el valle nublado donde estaba la ciudad.
—Es una caminata demasiado larga para piernas tan cortas –dijo con tristeza la mujer del vecino.
—Mis piernas se han hecho fuertes de tanto cargar agua.
Concepción se despidió y abrazó a la mujer del vecino y a sus hijos.
—Que Dios te acompañe –le dijeron.
Concepción hizo un atado con el maíz, los frijoles y el ají que la abuela había guardado, y partió con su pequeña carretilla por el sendero pedregoso que bajaba al valle. Fue una caminata muy, muy larga. Concepción tenía los pies cansados y rotos cuando por fin llegó al barrio que rodeaba la ciudad.
Vio cientos de ranchos de hojalata, plástico y cartón que estaban amontonados unos encima de otros.
—¿Esto es la ciudad? –pensó desalentada–. Y yo que creí que sería hermosa.
Caminó por los estrechos callejones llenos de barro, y ya agotada por el cansancio se topó con una pandilla de niños.
—¿No ves por dónde vas, tonta?
—Perdón –contestó Concepción amablemente.
Los niños tenían la ropa rota, las caras sucias y el pelo enmarañado. Pero cuando Concepción les sonrió, ellos también sonrieron.
—Me llamo Tomás. Y tú, ¿de dónde vienes?
Concepción señaló los cerros en la distancia y dijo:
—Mi abuela murió.
—Si quieres, puedes quedarte con nosotros. Te enseñaremos a recoger basura para venderla y a sacar comida de los puestos de venta sin que te vean.
—Eso es robar –dijo Concepción sorprendida.
Tomas se encogió de hombros:
—Es mejor que morirse de hambre.
—Tengo maíz, frijoles y ají –dijo Concepción mostrando su carretilla.
—Eso no es suficiente para una buena comida –contestó Tomas con desprecio.
—Cuando crezcan las plantas habrá suficiente, ya verás.
—Aquí no crecerán jamás. ¡Estás loca! –Tomás la miró un rato y luego agregó:
—Pero de todos modos, puedes quedarte con nosotros.
Y así, Concepción se quedó a vivir con los niños a la orilla del basural. Construyó un pequeño muro de piedras. Con el mango roto de una olla cavó la tierra y plantó un puñado de semillas de maíz, de frijoles y de ají.
Todos los días regaba y miraba atentamente hasta que vio brotar los primeros retoños, verdes y brillantes. Los frijoles y el ají florecieron y en todo el barrio, no había nada más bonito que el pequeño huerto de Concepción. Y ella estaba segura de que, desde el cielo, su abuela cuidaba del huerto.
Pero un día, Tomás y los otros niños llegaron corriendo hasta el basural, perseguidos por la policía. Los niños corrían y lloraban. Los policías gritaban y los golpeaban.
Concepción se escondió en medio de la basura.
— ¿Para qué me vine a la ciudad? –se preguntaba.
Cuando todo pasó, se asomó poquito a poco, como un ratón asustado. Los niños estaban llenos de moretones y el huerto estaba todo pisoteado.
—¿Por qué lloras? –preguntó Tomás enfadado–. No fue a ti a quien le pegó la policía.
—Mi huerto está destrozado. Si el maíz, los frijoles y el ají hubieran madurado, habríamos tenido comida para vender y ustedes no tendrían que robar.
—De nada te sirve llorar. Tu huerto se acabó.
Concepción se secó los ojos.
—No, no se acabó –dijo–. Todavía me quedan algunas semillas.
—Está bien –dijo Tomás, pasándose la lengua por el labio roto–. Esta vez te ayudaremos nosotros.
Con la ayuda de todos, araron un trozo grande de terreno y sembraron el resto de las semillas de la abuela. Hicieron turnos para regar las matas y cuidarlas. Pronto, el maíz creció muy alto. Las vainas de los frijoles estaban gordas y firmes y brillaban los pequeños ajíes verdes y amarillos.
—Haremos una gran fiesta –dijo Tomás–. Y el resto, lo llevaremos a vender al mercado.
—Pero siempre debemos guardar semillas para la próxima siembra –recordó Concepción.
Cocinaron el maíz y los frijoles con el ají. El delicioso aroma de la comida se esparció por el barrio.
Cuando comenzaban a comer, otra pandilla de niños hambrientos apareció. Concepción y Tomás los invitaron a compartir la comida.
—Nuestro huerto no alcanzará para alimentar a todos los niños del barrio –se lamentó Concepción.
Pero entonces tuvo una idea. Tomó un puñado de las semillas que había guardado y se las dio al jefe de la otra pandilla. Le explicó cómo preparar la tierra, cómo sembrar y regar las plantas.
—Y siempre debes guardar suficientes semillas para la próxima siembra y para compartir con los otros niños del barrio –le dijo Concepción, tal como la abuela le había dicho a ella.
El muchacho prometió hacerlo.
Concepción estaba segura de que la abuela le sonreía desde el cielo y que sus ojos ya no estaban nublados por la edad, sino brillantes como las estrellas sobre el barrio.
Unas palabras finales
En el mundo existen muchos millones de niños abandonados. Al igual que Concepción, la niña de esta historia, logran sobrevivir gracias a su coraje, ingenio y perseverancia para encontrar día tras día comida, abrigo y un lugar donde dormir.
Pero en medio de este duro trabajo diario, la comunicación y el entendimiento pueden convertirse en valiosas armas para la sobrevivencia. Surge entonces la solidaridad y la esperanza que, al ser compartidas, se propagan como las semillas que sabiamente la abuela dejó a Concepción.
A todos ellos, a todos las niñas y niños abandonados, está dedicado este libro. También a los que tienen familia, comida y un lugar donde vivir, porque los libros nos ayudan a comprender las vidas y los sentimientos de los demás. Nos enseñan a ser tolerantes y solidarios con las personas que nos rodean: con los que tienen mucho, los que tienen poco y también con los que tienen sólo esperanza.
Los libros son como un puñado de semillas: retoñan en mentes despiertas y cultivan en nosotros el deseo de construir un mundo mejor.
Carmen Diana Dearden
Monica Hughes; Luis Garay
Un puñado de semillas
Caracas, Santiago, Ediciones Ekaré, 1996


http://recursos.mundoescolar.org/files/original/8448d2037c6669ea4efbfe622a6da8de.pdf
Video donde podrán escuchar el cuento y ver las ilustraciones del libro: http://www.youtube.com/watch?v=b0lrV8-elFs

Monica Hughes está considerada como una de las escritoras canadienses más importante de libros para niños y adolescentes. En la mayoría de sus libros el tema central es la ciencia ficción. Nacida en Liverpool, en el año 1925, y fallecida en 2003, esta autora quizás no fue muy conocida en nuestro país, pero también escribió algunas novelas históricas y de aventuras, así como el texto para libros ilustrados. A pesar que nació en Liverpool, pasó gran parte de su vida en Canadá, y por ello es conocida como una de las mejores escritoras infantiles y juveniles de ese país, con novelas como Un puñado de semillas (Handful of seeds, 1993), El diablo en la espalda (Devil on my back, 1984), La cazadora de sueños (The dream catcher, 1986) o Trampa en el espacio (Space trap, 1983).
Trabajó como diseñadora de vestidos, empleada de banca y técnico de laboratorio, y aunque pasó gran parte de su vida escribiendo no publicó su primer libro hasta que tenía casi cincuenta años. A lo largo de su trayectoria ha conseguido diferentes premios y galardones, entre los que podemos destacar el Premio Fénix del año 2000 al mejor libro infantil en inglés, concedido por la Asociación de Literatura Infantil.


02/08/2014

15 cortometrajes para educar en valores

El cine ha llevado a la gran pantalla muchas películas en las que se tratan temas relacionados con el mundo de la educación. Continuamos ampliado esta entrada hasta alcanzar los 15 cortometrajes para educar en valores, algunos de ellos sugeridos por vosotros. Con ellos, el alumnado reflexionará sobre la amistad, la solidaridad, el trabajo en equipo, el respeto a las personas…
Cuerdas1. CuerdasEl guionista y director Pedro Solís García dirige esta pequeña obra de arte que ha sido reconocida recientemente con el Premio Goya 2014 al Mejor Cortometraje de Animación. La ternura, la amistad, la inocencia o la generosidad son algunos de los valores tratados.
El vendedor de humo2. El vendedor de humoEste corto animado plantea diferentes cuestiones alrededor de las cuales los alumnos tienen la oportunidad de reflexionar: el consumismo, la picaresca, cómo en ocasiones le damos demasiada importancia a las apariencias…
El hombre orquesta3. El hombre orquesta: La factoría de animación Pixar es la autora de este cortometraje (también de animación) cuya trama recoge la importancia de trabajar en grupo. Asimismo, refleja que las rivalidades no siempre son buenas, en especial cuando son llevadas al extremo y esto implica dañar al resto de compañeros.
El viaje de Said4.El viaje de SaidCoke Riobóo dirigió en 2006 este cortometraje musical de animación hecho con plastilina. En él se plantea el problema de la inmigración, y también quiere educar en valores como la solidaridad.

Pipas5.PipasAvalada por diferentes premios y conocimientos, Pipas refleja la importancia de aprender y muestra el fracaso escolar de la sociedad a través de la mirada de dos chicas jóvenes.

La flor más grande del mundo
6. La flor más grande del mundoEl cortometraje ‘La flor más grande del mundo’ está basado en un cuento escrito por el Premio Nobel de Literatura José Saramago. Se da la circunstancia de que este corto (elaborado con la técnica stop-motion) cuenta con la colaboración del propio Saramago que pone voz a la historia que se cuenta y, además, tiene su propio personaje. En ella se hace un llamamiento a la solidaridad y las relaciones humanas, en un mundo donde la falta de ideales, el egoísmo o el individualismo prevalecen por encima de otros sentimientos.
El Circo de las Mariposas7. El Circo de las Mariposas:Interesante propuesta que, seguramente, llamará la atención de los estudiantes. Valores como el respeto o la dignidad son tratados en este cortometraje que también plantea otros miedos y temores a los que todos (en alguna que otra ocasión) hemos tenido que hacer frente: la necesidad de sentirse aceptados por los demás, romper con las barreras que muchas veces nos ponemos nosotros mismos y que nos impiden alcanzar nuestros deseos…
El Cazo de Lorenzo8. El Cazo de LorenzoEducar en la diversidad. Éste es el mensaje que transmite el cortometraje ‘El Cazo de Lorenzo’, una propuesta basada en el cuento de la escritora Isabelle Carrier: relata la vida de Lorenzo, un niño de corta edad y diferente a los demás que un día descubre que las personas buenas también existen. El cazo de color rojo que siempre le acompaña representa las dificultades y los obstáculos a vencer.
Por cuatro esquinitas de nada9. Por cuatro esquinitas de nadaEl mensaje que transmite es similar al que arroja ‘El Cazo de Lorenzo’: aceptar a las personas que, por un motivo u otro, son diferentes a nosotros. Hay que ser tolerantes y solidarias con ellas e integrarlas en nuestro ambiente, no cambiar su forma o manera de ser. En este caso, sus protagonistas no son personas sino figuras geométricas; en concreto, un cuadrado y varios círculos.
The Lost Thing10. The Lost Thing: En 2011 esta cinta consiguió el Oscar al mejor corto animado. Es una llamada de atención al estilo de vida que llevamos y que, muchas veces, no nos deja ver lo que le ocurre a las personas que tenemos alrededor, sus problemas…  

Cortometraje Destiny11. Destiny: El corto de animación Destiny es obra de cuatro alumnos de la escuela francesa Bellecour Ecoles d’art: Fabien Weibel, Sandrine Wurster, Victor Debatisse y Manuel Alligné. Visualmente resulta exquisito y la historia plantea varias cuestiones como el paso del tiempo, la posibilidad de cambiar nuestro destino, la rutina del día a día, las obsesiones que podemos llegar a tener y que nos impiden avanzar… A much@s os recordará a la película protagonizada por Bill Murray ‘Atrapado en el tiempo’.
No abuses, es mejor no ser un guays12. No abuses. Es mejor no ser un guaisSe trata de un cortometraje que quiere enseñar que hay que respetar siempre a las personas y aceptarlas como son. Asimismo, nos recuerda que no tenemos que cambiar nuestra forma de ser para que los demás nos acepten.

Corto Un Conte13. Un ConteApenas tiene una duración de dos minutos y no tiene diálogos hablados. Un Conte es un cortometraje (también de animación) que relata el drama social de la violencia en el ámbito doméstico a través de una caballero enmascarado que sale al rescate de una mujer joven.
14. The Moon (La Luna)Corto The Moon (La Luna) . Este corto de la factoría Pixar relata la vida de un niño de corta edad que tiene que empezar a madurar antes de lo que cree. Un día empezará a trabajar con su padre y su abuelo; a partir de ese momento deberá elegir si quiere seguir los pasos de la familia o forjar su propio destino.
Corto Presto15. Presto: Es otro de los cortos de animación de los estudio Pixar que, en esta ocasión, trata los problemas que se derivan del exceso de ego con un toque de humor y de ingenio.