¿Sabe usted quienes son asesinos
del conocimiento? Son
aquellos que con navajas, tinta y
descuido, cortan, mutilan, rayan
y destrozan el instrumento del
saber, los libros.
Una campaña de la Unidad
de Circulación de la Biblioteca
José Figueres Ferrer del Instituto
Tecnológico de Costa Rica (TEC),
llamada “Un alto contra la mutilación
de libros”, bajo el lema “al mutilar un libro se comete un
crimen contra el conocimiento”,
pretende concientizar a los estudiantes
sobre el cuidado de los
textos que les son prestados.
La idea nació poco a poco, en
conjunto con directores de las
Escuelas, debido a la creciente
problemática. Lidia Gómez
de la Unidad de Circulación de
la Biblioteca expuso que “había
libros a los cuales se les cortaban
las páginas e incluso capítulos
enteros, les rayaban las hojas…
que podrían poseer información
sumamente útil”.
Al ser material sumamente
costoso, algunos imposibles de
conseguir en el país o que habían
dejado de ser publicados, hacía
mucho más difícil poder recuperar
nuevamente esos textos y el valioso
conocimiento que tenían.
Otro problema, era que cuando
los estudiantes sacaban copias o
clonaban las publicaciones en las
fotocopiadoras, se abrían mucho
los libros y las hojas se despegaban,
o su empaste sufría desgaste
por el maltrato.
Así nació la idea de crear diferentes
murales para que los alumnos,
mediante muestras de libros
despedazados y otros, hagan conciencia
sobre el uso y el cuidado
que deben tener cada vez que se
les presta un ejemplar.
Hay dos murales que pretender
realizar ese proceso de concientización,
uno que da a la pared de
la segunda planta de la biblioteca,
subiendo las escaleras. El otro,
se encuentra en la sección de
generales, donde además se halla
la escena del crimen (se trata de
una exposición sobre un libro
asesinado).
“Al dañar el material el más
perjudicado es el estudiante” sentencia
Gómez, preocupada por
la situación, para apoyar esas
palabras los estudiantes del TEC
muestran su descontento cuando
solicitan libros y al recibirlos tienen
algún daño.
Tal es el caso de Melissa Matamoros,
estudiante de Mantenimiento
Industrial, para ella “la
idea es muy creativa, ya era hora
que hicieran algo así, hay libros
que definitivamente dan pena…
me gustaría que la exposición se
hiciera en otros puntos del TEC”.
Karen Brenes y Daniel Gamboa,
quienes pertenecen a la carrera de
Producción Industrial, también
mostraron su descontento con el
tratamiento que algunos hacen al
material y a la vez mostraron su
apoyo a la campaña, “ha pasado
que uno encuentra hojas pegadas
y rayadas, ojala la campaña ayude
a cambiar”, estuvieron de acuerdo
los dos.
También, se toman medidas
como proteger los libros en buen
estado con un sello, así cuando
se realiza el préstamo el alumno
debe hacer la devolución tal como
cuando la recibió, si existe algún
daño la persona tiene que pagar el
precio del libro y los costos de los
diferentes trámites
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