Marcela Platero
Para LA NACION
Domingo 26 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa
Para los niños se debería buscar un equilibrio entre los cuentos clásicos y los más interactivos. Los libros de cuento tradicionales poseen un inocente encanto, que al igual que la tradición de los reyes magos se transmite de padres a hijos o de abuelos a nietos, en los que está permitida, incluso, la complicidad de la mentira.
Los libros de cuentos interactivos, innovadores, que brindan a los niños herramientas o disparadores para armar sus propios cuentos sirven de gran estímulo para desarrollar un pensamiento creativo, buscar estrategias para resolver situaciones, elaborar la información que se recibe del medio teniendo que dar una respuesta adecuada o no (diferente, imaginativa).
Desde la neuropsicología del aprendizaje, este tipo de libros permite trabajar varias funciones cognitivas o funciones superiores cerebrales como son el razonamiento práctico, el lenguaje expresivo oral y escrito, la comprensión, el procesamiento de la información, siendo imprescindible trabajar todas estas funciones para el desarrollo de la inteligencia.
En: http://www.lanacion.com.ar/1384516-estimulan-el-aprendizaje?utm_source=newsletter&utm_medium=titulares&utm_campaign=NLCult
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